jueves, 30 de marzo de 2017

HACKSAW RIDGE (Hasta el último hombre), de Rupert Gregson-Williams

A todos, y desde muy temprana edad, nos van familiarizando poco a poco, queriendo o sin querer, con lo bueno y lo malo que te traerá la vida según vayas cumpliendo años para que, cuando llegue el momento, podamos afrontar con garantías el reto. También es verdad que al final, sólo nos acordamos de lo ingrato, de aquello que nos hizo sufrir para intentar que no vuelva a suceder en un futuro. Del mismo modo, y en consonancia con lo anteriormente expuesto, cuando hablamos de guerras, casi siempre reseñamos los aspectos negativos de la misma, es más, hay quien dice que en una guerra nunca hay vencedores; sólo dolor, sangre y vencidos. 
Sinceramente, soy de los que piensan que detrás de todos aquellos momentos oscuros de la humanidad siempre existen pequeños rayos de luz, pequeños pero significativos. 
El caso que hoy nos ocupa es una muestra de ello. Una historia de las que quitan el hipo y hacen a las personas un poco mas "humanas".

HACKSAW RIDGE (HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE)

Contiene Spoilers de aquí en adelante. Hacía tiempo, mucho tiempo, que una película de corte bélico no llegaba a emocionarme tanto como ésta de la que hoy os hablaré: ni "Salvar al soldado Ryan", ni "Pearl Harbor", ni un larguísimo etcétera consiguieron estremecerme tanto como anteriormente lo había hecho "Platoon". 


Hasta que vi "Hasta el último hombre". Basada en una historia real, ésta impresionante película dirigída por Mel Gibson narra las peripecias del ejército estadounidense sobre el acantilado de Okinawa, en el pacífico, durante la Segunda Guerra Mundial. Rodeada de una atmósfera que sólo el director de "Braveheart", o "Apocalypto" (enttre otras), puede crear, el film tiene como objetivo mostrar al mundo la increible historia del soldado Desmond Doss, soldado por llamarle de alguna forma, pues se negaba a coger cualquier tipo de arma mientras recibia las burlas del resto de regimento. Objetor de conciencia desde muy temprana edad consigue, después de múltiples vaivenes, hacerce con el puesto de médico dentro del batallón que días después ascendería por el acantilado. Y es allí donde sucede lo mejor y lo peor de la película: imágenes sin ningún tipo de censura se mezclan de manera prodigiosa con una banda sonora realmente espectacular.

LA BSO

Sin lugar a dudar, el momento más espectacular de la pelicula, es cuando el ejercito estadounidense se ve obligado a retroceder acantilado abajo hasta llegar de nuevo al campamento base dejando sólo arriba a Desmond Doss. Armado de una terrible fuerza "sobrenatural" y valentía es capaz durante varios días, de descender con cuerdas, hasta el campamento base americano, a todas esas personas tullidas que va encontrando en la cima del acantilado sin hacer distinción alguna entre soldados amigos y/o enemigos, todo, a sabiendas de que si lo descubrían moriría también. 
Setenta y cinco. Si, setenta y cinco fueron los cuerpos que descendió y que una vez finalizada la guerra le haría ser el primer soldado americano objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor en combate.
¿Impresionante verdad? Pues a todo lo dicho hasta ahora quiero que le añadan el siguiente fragmento musical creado por Rupert Gregson-Williams que os voy a dejar y que coincide exactamente con el tramo de la película donde Desmond Doss baja uno a uno los setenta y cinco cuerpos. Quizás se os escape hasta alguna lagrimilla.




FICHA TÉCNICA DE LA ENTRADA: No procede.



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