lunes, 1 de mayo de 2017

SPACE ODDITY (EEUU Vs URSS), de David Bowie


Tras la Segunda Guerra Mundial, el planeta quedó dividido en dos bloques antagónicos, que si bien nunca se llegaron a enfrentar en una contienda, sí mantuvieron el pulso por la supremacía ideológica: Estados Unidos era el defensor del capitalismo y la extinta URSS del comunismo. Es lo que hoy en día conocemos como la Guerra Fría, una tensa y paranoide relación entre estas dos potencias que duró casi 50 años.
Cualquier evento o descubrimiento que poder restregarle por la cara al enemigo era usado propagandísticamente hasta la extenuación. Deporte, producción agrícola, avances médicos, mejoras tecnológicas etc…todo valía en esta contienda en la que no se usaban balas. Pero dentro de este tira y afloja entre estas dos potencias el sector espacial acaparó la atención mundial y que a la postre conseguiría una victoria sin paliativos ante el odiado enemigo: ganar la Carrera Espacial.
CARRERA ESPACIAL

En aquellos años de post guerra, el gobierno norteamericano creyó que a nivel estratégico podían aprovechar a alguna de las mentes científicas más relevantes de la Alemania nazi (por muy criminales que fueran), pues había quedado claro que para futuros conflictos bélicos los avances tecnológicos podrían decidir al vencedor. Esta política de reclutamiento de científicos nazis se conoce históricamente como la “Operación paperclip”, y con ella intentaron reforzarse con especialistas en los más diversos campos, entre los cuales destacaba el de la fabricación de cohetes.

Por otra parte, sabedores los soviéticos de que tras la amenaza nazi la URSS se podría adueñar de europa gracias a su papel de salvador ante Hitler, comenzaron a proyectarse hacia el futuro a través de la tecnología. Además, siendo una nación que sufrió como ninguna otra la eficacia y las innovaciones del ejército del Führer, entendieron rápidamente que debían destinar todos los recursos materiales y humanos posibles para estar a la vanguardia mundial en materia de innovación e investigación. 

Nada más adecuado para ello que ponerse a la cabeza de la conquista del espacio. Por ello en 1957, tras años de investigación consiguieron poner en órbita el satélite Sputnik 1, algo que causó una honda impresión en la sociedad norteamericana. El Sputnik fue el pistoletazo de salida para una loca carrera que ocuparía los doce años siguientes. Los soviéticos demostraron que eran los más adelantados: por poco o por mucho, lograban casi todos los hitos espaciales antes que sus rivales americanos. La URSS mandó al primer ser vivo al espacio (la perrita Laika), al primer hombre (Yuri Gagarin) y a la primera mujer (Valentina Tershkova), y realizó el primer paseo espacial. Ante este panorama, y liderados inicialmente por el malogrado John Fitzgerald Kennedy, los norteamericanos pusieron en marcha el Programa Espacial destinado a llevar al ser humano a la Luna. EE UU destinó unos 5.000 millones de dólares anuales a su programa espacial durante aquella época. Se calcula que unas 400.000 personas trabajaban para algún aspecto del programa Apolo, ya fuera para la NASA o en empresas subcontratadas. Tras un enorme dispendio económico y alguna que otra muerte debido a fallos mecánicos, en 1967 EE UU puso toda su maquinaria propagandística a trabajar y 600 millones de personas vieron por televisión el primer paso lunar de Armstrong. Como si de una épica producción hollywoodiense se tratara, EE UU ganaba por K.O. a la URSS en el último asalto por la carrera espacial.


SPACE ODDITY, DAVID BOWIE

Como es normal, toda esta locura espacial tenía sus consecuencias a nivel social, y es que el cosmos estaba “hasta en la sopa”. Numerosos dibujos animados, películas y series, productos alimenticios etc… se apuntaron al carro de la conquista espacial de manera que los niñ@s de la época se encontraban notablemente expuestos a cuestiones relacionadas con esta materia y realmente deseaban ser astronautas. Y la música, como parte integrante de nuestras vidas, también se subió a este carro. De entre toda una pléyade de artistas que quiso introducirse en este mundo, esta semana os traemos una increíble canción de David Bowie.

Tras conseguir terminar su relación laboral con su casa discográfica, Bowie quería dar un nuevo enfoque a su carrera musical (esa capacidad de reinventarse tan característica suya). Hacer algo distinto y apoyarse para ello en ese maravilloso mundo de los viajes espaciales, esos que los científicos prometían que veríamos en pocos años. Y qué mejor reclamo comercial que hacer coincidir el lanzamiento del single Space Oddity con la llegada del hombre a la luna. El efecto sería brutal: la BBC usaría la canción como parte de la cobertura mediática brindada a este evento histórico, y hasta ahora, único.

Se trata de una canción en la que se nos muestra al Gran Tom, un astronauta que sufre sentimientos depresivos debido a la lejanía y duración que su viaje espacial. La tristeza que le genera el dejar atrás a sus seres queridos y a su planeta para adentrarse en las estrellas.
Esta canción es tan especial que incluso podríamos discutir el género al que pertenece. Hay quien afirma que tiene un género propio denominado “Space Rock” por causas obvias, pero también se puede clasificar dentro del “Folk psicodélico” gracias, entre otras cosas, al uso de un instrumento que es todo un referente en este género como es el Estilófono, un instrumento “futurista” para aquella época.



Como muestra inequívoca de la trascendencia histórica alcanzada por esta canción, a continuación, os dejamos una versión de la misma ejecutada por el astronauta canadiense Chris Hadfield durante sumisión en la Estación Espacial Internacional. Lo que sin duda alguna supone un broche precioso para este tema universal.

FICHA TÉCNICA DE LA ENTRADA:

- Autor: David Bowie.
- Título: Space Oddity.
- Album: Space Oddity.
- Web oficial: www.davidbowie.com
- Año de publicación: 1969.
- Versiones: The Flaming Lips, Passenger,...
- Partitura: Click aquí.

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