domingo, 5 de octubre de 2014

NOVEMBER RAIN, de Guns N'Roses


Eres un oficial de la policía de Los Ángeles, en el estado de California. Has tenido la suerte de que tu destino sea ni más ni menos que Malibú, ese lugar en el que los ricos y famosos han creado una comunidad de casas de lujo donde las fiestas se prodigan por aquí y por allá.
Llevas ya unos meses patrullando por la zona y ya has podido ver a todo tipo de actores, cantantes y deportistas por estas calles. Sabes que son personas excéntricas y que muchas de ellas tienen algunos problemillas con el consumo de ciertas sustancias no legales. De vez en cuando hay algún aviso porque la fiesta de alguno se ha desmadrado más de la cuenta y tienes que pasarte por allí a ver qué pasa.
Pues bien, a media mañana de un día cualquiera, allá a lo lejos ves algo raro. Parece un tipo que va corriendo por la calle, pero va desnudo. Conforme se va acercando, constatas que no lleva ropa, pero por el color de su piel intuyes que va sangrando. Cuando el melenudo que va corriendo ensangrentado y desnudo por una calle de Malibú pasa a la altura de tu coche patrulla, compruebas con estupor que se trata del guitarrista de Guns N´ Roses, el mítico Slash.
Una vez que consigues que se pare y se tranquilice, el tipo te cuenta aterrorizado que mientras estaba en la ducha, ha sufrido el ataque de un Predator, y que ha podido huir rompiendo a puñetazos la mampara de la ducha, de ahí los cortes que le hacen sangrar profusamente.
En ese momento, no puedes evitar pensar en que ese pobre adicto a la droga con brotes psicóticos ha formado parte de uno de los grupos más míticos de la historia del Rock, y recuerdas que fueron tan grandiosos, que en una ocasión se habló de que el mismísimo Dios colaboró con ellos en un espectáculo, ¿lo recuerdas?.
 
NOVEMBER RAIN, BOGOTÁ 1992

Corría ya bien avanzado el segundo año de la década de los 90. De hecho se andaba por el penúltimo mes, noviembre y en el último fin de semana de éste, la banda formada en Hollywood daría dos conciertos, uno para el viernes y otro para el sábado.
Al contrario de lo que ocurría por aquellos entonces en la capital colombiana, el grupo venía en su momento de máximo esplendor, pues lo habitual era que los grupos pasaran por allí cuando comenzaba el declive musical. La expectativa de afluencia era bastante buena, pues los Guns gozaban de un ejército de seguidores en las tierras cafeteras. Hasta aquí, todo bien.
Se aproxima la fecha del primer concierto y de repente nos encontramos con dos problemas de entidad. Uno es que la venta de entradas se ha realizado de manera irregular y hay más boletos que localidades en el estadio. El otro es que la lluvia de noviembre amenaza con impedir que el concierto se celebre.
Llegado el día del evento, miles y miles de personas que han pagado religiosamente su entrada se dirigen hacia el estadio de El Campín. La combinación de lluvia torrencial y gente indignada genera un cóctel molotov que estalla ante el anuncio de que se suspende el concierto por las inclemencias meteorológicas. El caos se desata en los alrededores del estadio de tal manera que los antidisturbios tienen que intervenir, pues las peleas se prodigan y las piedras vuelan por doquier. Se han vendido ni más ni menos que 10.000 entradas de más y la marabunta reclama la devolución del dinero.
Sábado, despierta Bogotá el sábado sin lluvia pero con nubes amenazantes y con los periódicos locales haciéndose eco del revuelo terrible de la noche anterior.
Al igual que la noche anterior, los accesos al estadio se encuentran masificados de fans desconfiados y desafiantes ante la catástrofe del viernes. De momento empiezan a entrar lentamente al recinto, pero el ambiente está caldeado. Todos, incluyendo a los miembros del grupo, miran con dudas hacia el cielo para comprobar que la cosa se está poniendo complicada porque se van cerrando las nubes cada vez más.
Ante la impaciencia de los asistentes, finalmente deciden comenzar el concierto, aún a riesgo de poder tener un mortal problema de electrocución. Aunque los miembros del grupo están asustados, la música empieza a sonar para calmar a las fieras. La tensión es palpable, pero las canciones van provocando un efecto tranquilizador.
El repertorio va avanzando y llega el momento de tocar un tema de los que más gustan: November Rain. El amigo Axl Rose se pone al piano y el guitarrista Slash se sienta sobre la tapa de éste. Comienzan a sonar los primeros acordes del tema, y como si de un acto divino se tratara, poco a poco comienzan a caer unas gotitas de agua, de manera que mientras más avanza la canción más llueve. El éxtasis es supremo, no puede ser verdad, después de tantos problemas e inclemencias, parece que alguien de ahí arriba creyó conveniente regalar a los bogotanos una lluviosa noche de noviembre un espectáculo jamás visto y repetido.
Y sí, definitivamente, estos Guns N´Roses fueron grandes, muy grandes. Otra cosa distinta son los problemas de ego de Axl Rose y los de consumo de drogas de Slash, pero ellos al fin y al cabo, son simples mortales.
A continuación os dejo un vídeo del mágico momento en cuestión, aunque debéis saber que la calidad de la imagen no es buena, se puede apreciar como nada más terminar la canción, los músicos deciden parar el concierto debido a que la lluvia es demasiado fuerte para continuar.


Y ahora os dejo el videoclip de la canción para que la podáis disfrutar con buena calidad de sonido.


FICHA TÉCNICA DE LA ENTRADA

- Título: November Rain
- Autor: Axl Rose
- Año: 1992
- Album: Use Your Illusion I
- Web oficial: www.gunsnroses.com
- Partitura: Click aquí
- Letra: Click aquí
- Versiones: David Garrett





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