Esta vez no traemos
al blog ni canciones archiconocidas ni temas extraños y curiosos que
llaman nuestra atención. Se trata de un grupo no demasiado conocido,
pero de una canción tremendamente famosa. Este fenómeno tiene un
nombre en el mundo anglosajón que lo explica a la perfección:
O lo que viene
siendo lo mismo, “maravilla de un solo éxito”. Esta simple
expresión define aquellos casos en los que un grupo aparece con
fuerza en el panorama musical a través de un single que no para de
cosechar éxitos, pero que una vez pasada la novedad vuelven al
ostracismo dentro de la industria. Incluso se pueden dar casos en los
que el grupo se disuelve de manera irremediable.
Explicado el tema en
cuestión, os traemos una canción que sin ningún género de duda
pertenece al género musical de “One-hit wonder”.
GOOD NIGHT, MOON
La famosa y
prolífica escritora norteamericana Margaret Wise Brown creó en 1947
este libro infantil que hoy en día es un clásico dentro de este
género.
En él nos cuenta la
historia de un conejo que se dispone a irse a la cama, y se encuentra
en una gran habitación verde llena de objetos. Una vez preparado
para dormir, el protagonista se dispone a enumerar todos los objetos
que se encuentran alrededor de él, y de manera sistemática y cual
ritual para alcanzar el sueño, el conejo se va despidiendo de cada
objeto diciéndole “Buenas noches”. Siendo el “Buenas noches
Luna” la última despedida antes de abrazar los brazos de Morfeo.
De esta manera, los
padres de miles de niños a lo largo del planeta encontraron la
solución para conseguir que sus hijos se relajaran y dejaran de
protestar a la hora de irse a la cama.
SHIVAREE Y QUENTIN TARANTINO
Este grupo de
extraño nombre nace en Nueva York el último año del pasado
milenio. Se trata de tres músicos que pretenden ganarse la vida
interpretando sus temas de rock alternativo a lo largo y ancho de la
Gran Manzana.
Comienza así la
breve andadura musical del grupo Shivaree. Siendo como eran, tres
jóvenes soñadores no exentos de talento, sacan al mercado su primer
single llamado “Goodnight Moon”. Un suave y delicioso tema que
hace una reinterpretación más cruel y terrorífica del ritual de
buenas noches establecido por Margaret Wise 52 años atrás en su
libro.
Aunque el single
sonaba bien y el grupo tenía mimbres para el éxito, sus continuos
problemas con el sello discográfico con el que trabajaban llegan a
un punto de no retorno que provoca que el disco que graban en el año
2002 ni siquiera fuese publicado en Estados Unidos. Fin de Shivaree.
Pero dos años
después, cuando el grupo se encontraba defenestrado comercialmente
hablando, aparece en escena el excéntrico y genial director de cine
Quentin Tarantino.
Considerado uno de
los genios de la pantalla, sus películas nunca te dejan indiferente,
pues o te encantan o las odias, incluso dentro de una misma filmación
el espectador puede pasar por distintos estados de odio y
fascinación. Obsesionado por los detalles, Tarantino lo calcula
absolutamente todo, lo que hace que la música de sus películas
tomen una enorme trascendencia.
Melómano confeso,
está continuamente pendiente del universo musical y en una de estas
sesiones de audición, el director encuentra el single de Shivaree y
queda pasmado con la melodía y la letra que está oyendo.
Así pues, para una
de las escenas míticas de su éxito “Kill Bill Volume 2” elige
la balada de rock alternativo “Goodnight Moon”. Tras el enorme
éxito de taquilla, de repente esta canción que había pasado sin
pena ni gloria alcanza una grandísima trascendencia al transformarse
en una canción de culto que no para de sonar en televisión y
publicidad. Y aunque el grupo siguió junto hasta 2007, nunca más
volvieron a tener ni la relevancia ni el éxito que este single les
otorgó.
De esta manera, el
difunto grupo Shivaree entra sin lugar a dudas, en el género del
“One-hit wonder”
- Título: Goodnight moon
- Autor: Ambrosia Parsley, Duke McVinnie
- Año de publicación: 1999.
- Partitura: Opción 1 y 2.
- Autor: Ambrosia Parsley, Duke McVinnie
- Año de publicación: 1999.
- Partitura: Opción 1 y 2.
- Letra: Click aquí.
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