En la
edad media, cuando alguien quería demostrar a la sociedad su
poderío, bien sea por pertenecer a la nobleza o por ser adinerado,
tenía que hacerlo a través de fiestas. En ellas se hacía gala de
suculentos y variados platos al alcance de pocos paladares, ríos de
bebidas alcohólicas (vino, hidromiel, cerveza etc.), multitud de
criados y esclavos y cómo no, de música.
Los
bardos y juglares se encargaban de amenizar estas veladas
reproduciendo las canciones populares que todos los presentes
conocían. Los temas solían ser de lo más variado, pues se podían
tratar temas históricos, de alcoba o fantásticos. Pero había algo
que no todos los señores feudales podían conseguir, algo que
marcaba la diferencia entre gente poderosa y gente no tan poderosa.
Ese algo era el tener canciones propias, hechas por encargo a los
bardos, en las que se realzara la figura del organizador del evento.
En ellas se informaba a los invitados de los logros bélicos del
anfitrión, de su poderío económico o de sus innumerables
conquistas amorosas. Si para colmo, esa canción gustaba al vulgo y
se reproducía con asiduidad en tabernas y festivales varios, el
señor en cuestión pasaría a formar parte de la historia.
Aunque
todo esto parezca lejano en el tiempo, hoy en día y en ciertos
lugares del mundos se sigue recurriendo a bardos para presumir, ¿lo
sabías?.
CORRIDOS
Aunque
los corridos se pueden oír en varios países de Latinoamérica, es
en Méjico donde tienen su origen y su máxima expresión. Hablemos
pues del Corrido Mejicano. Podemos
considerarlo como un género musical sin tapujos, pues su origen data
del S.XVIII e incluso posee una estructura bien definida en las
siguientes partes (aunque hoy en día ha sufrido numerosas
alteraciones):
- Un saludo y presentación del cantor y prólogo de la historia;
- Desarrollo de la anécdota;
- Moraleja y despedida
- Debe tener 8 sílabas
- Debe tener rima
Generalmente acompañados por una guitarra, en sus
orígenes fueron usados principalmente como medio de transmisión
oral ya que no existían los medios de difusión modernos. El Corrido
ha ido evolucionando a lo largo de los años, y al igual que
ocurriera en la Edad Media, en ellos se contaban historias de muy
diversa índole. Etapas bélicas del país, transmisión de
enseñanzas, ensalzar la figura de algún personaje relevante,
desamores sufridos o temas religiosos.
Así, a principios del SXX podemos rescatar alguno
de los grandes clásicos a continuación:
El primero es el clásico “La Martina”, que
aunque acompañado de una alegre musiquilla, versa sobre el asesinato
de una adolescente de 16 años por traicionar a su esposo.
El segundo es “Don Baldomero”, un señor que
persigue a tiros a un osado que quiso bailar con su hija:
NARCOCORRIDOS
Conscientes del poder del Corrido en la sociedad,
los narcotraficantes Mejicanos han visto una gran oportunidad de
trascender a la historia como héroes gracias al Corrido.
A través de su música, el narcotraficante quiere
hacer ver a la población y autoridades su fortaleza y poderío. Para
ello contrata a músicos relevantes del género, que crean
narcocorridos en los cuales se canta sobre distintas “virtudes”
que el narco de turno posee: dispuestos a enfrentar situaciones de
peligro máximo, arriesgar su vida, acabar con sus enemigos, hacer
respetar su ley, tener mujeres y lujos materiales (coches, joyas,
mansiones), y como no, ser benefactores y protectores del pueblo a lo
Robin Hood.
Aunque parezca disparatado, estos narcocorridos no
quedan exclusivamente para gloria del patrón que los encarga, sino
que se editan y salen al mercado musical, donde gozan de un éxito
comercial sin precedentes, sobre todo en las regiones más al norte
del país Azteca, en las cuales la presencia del narco es mucho más
influyente y notable. Es tal el arraigo que el narcocorrido ha
alcanzado, que las propias autoridades han llegado al punto de
prohibir la reproducción de los narcocorridos en bares y discotecas.
A continuación os dejo un par de ejemplos de
narcocorridos populares.
En este caso, el tema es una colaboración entre
los más famosos cantantes de narcocorridos, una especie de
colaboración especial entre la élite de este género.
Hace apenas unos meses, las autoridades pudieron
capturar a uno de los narcos más importantes de Méjico, “El Chapo
Guzmán”, líder del cártel de Sinaloa. Un hombre que según la
revista Forbes formaba parte de la lista de las personas más ricas
del mundo, con lo cual no sorprende que existan decenas de
narcocorridos sobre su persona, pues una forma de blanquear dinero es
a través de las ventas de CD´s.
Como dice el refrán, “el que juega con fuego se
acaba quemando”. Ser contratado por un narcotraficante para que le
hagas narcocorridos es un arma de doble filo. Por un lado tu carrera
se puede ver lanzada hacia el éxito, pero por el otro, en el momento
que tus composiciones no agraden al patrón o tengas el más mínimo
problema con él, puede mandar a un sicario para que acabe con tu
vida. Otra posibilidad es que en tus letras hayas escrito que tu
patrón es más peligroso y macho que otro narco enemigo, y un día
cualquiera te cruzas con gente de ese otro narco y no tengan ningún
problema en “mandarte al otro barrio”. De hecho en Méjico se han
dado muchos casos de asesinatos de cantantes de narcocorridos de fama
nacional.
Podemos comprobar que desde el bardo que canta
sobre la habilidad con la espada de un caballero hasta el cantante de
narcocorridos que alaba la capacidad de un narco de deshacerse de sus
enemigos, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la
misma piedra.
Como nota curiosa, os dejamos a continuación un
narcocorrido realizado por Los Cuates de Sinaloa para uno de los
capítulos de la afamada serie norteamericana “Breaking Bad”
(para los que no la hayan visto, informaros de que la serie trata
sobre el tráfico de metanfetamina fabricada por el protagonista de
la serie).
FICHA TÉCNICA DE LA ENTRADA: No procede.
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