sábado, 17 de enero de 2015

WHAT A WONDERFUL WORLD, de Louis Armstrong. Porque el mundo es maravilloso.

Año Nuevo, Vida Nueva. Es una frase preciosa, positiva y llena de buenas intenciones, pero nada más lejos de la realidad. Pasados ya estos días festivos, nos damos cuenta de que por muchas metas y objetivos que nos marquemos, lo más probable es que la gran mayoría de nosotros no los cumplamos. Dejar de fumar, adelgazar, aprender un idioma, ir al gimnasio…todas esas cosas suenan divinamente.

No obstante, más allá de cumplir o no con los nuevos propósitos, hay algo que realmente merece la pena, y es que la ilusión y la esperanza nunca se pueden perder. Por eso, hace ya muchos años, un par de productores musicales decidieron lanzar un mensaje positivo a una sociedad que atravesaba graves problemas. Y aunque seguramente no ayudó en nada, esa canción sin duda alguna forma parte de la banda sonora de tod@s.


LOUIS ARMSTRONG

Como no puede ser de otra manera, y en este blog gustamos de contarlo, la historia comienza como muchas otras, pues el considerado mejor músico de Jazz de la historia por muchos expertos nació en la más extrema pobreza. En 1901, y ende una de las ciudades más pobres de Estados Unidos, Nueva Orleans, nace Louis Armstrong. En el seno de una familia con serias dificultades económicas, que se vieron agudizadas debido que el cabeza de familia los abandonó a su suerte a las primeras de cambio. Así que sin recursos, sin acceso a la educación y siendo negro, la calle fue la única salida para el joven Louis. En ella trabajó de chatarrero, vendiendo carbón, y cometiendo pequeños delitos que frecuentemente lo llevaban temporadas al reformatorio, que era su segunda casa, o más bien la primera. Pero lo que parecía una carrera delictiva que acabaría en una perpetua o en el corredor de la muerte cambió drásticamente gracias a que en su vida se cruzó una familia judía lituana que lo tomó como parte del servicio. 

Aunque los Karnofsky eran blancos y adinerados, sufrían al igual que Louis, un odio racial, pues ser judío en Nueva Orleans era casi un pecado. Quizás por eso, o simplemente porque eran gente de gran corazón, adoptaron al joven negro como si de otro más de la familia se tratase. Así, cuando el hijo adoptivo mostró interés por la música, el señor Karnofsky le compró su primer instrumento musical, algo que sin que nadie supiera, se convirtió en el germen de la carrera de uno de los trompetistas más importantes de la historia.

FINALES AÑOS 60 EN EEUU

Aunque resumir una década completa de esta enorme nación implica omitir muchas cosas, la cuestión es que el clima social de este país estaba completamente agitado, y por más de un motivo. Por un lado las protestas en contra de la Guerra de Vietnam se extendían de costa a costa, pues ya era mucha sangre la que los soldados norteamericanos habían derramado en la Segunda Guerra Mundial. Lo que sería una guerra ganada de antemano, se había convertido en un conflicto enconado en el que nadie ganaba, pero todos perdían.
Y por otro lado, las tensiones raciales entre los blancos y los negros habían llegado al límite. Los negros eran ciudadanos de segunda, ya que por poner un ejemplo, no podían ir en los mismos autobuses que los blancos, ni en los bares de blancos. Sufrían una enorme brutalidad policial y opresión por parte de sus conciudadanos blancos. En un mundo cambiante como es este, llegó la hora de que los negros reclamaran su derecho a ser tratados por igual que el resto de ciudadanos norteamericanos, así que las protestas pro igualdad se reproducían por toda la geografía. Protestas que con frecuencia se saldaban con numerosos detenidos, heridos y frecuentemente muertos.

Ante esta situación, los compositores de Jazz Bob Thiele y George David Weiss decidieron aportar su granito de arena a favor de las protestas antibelicistas y antirracistas a través de una canción que mostrara a la sociedad que este mundo en el que vivimos es maravilloso. Un mensaje positivo que consiguiera remover conciencias.




A pesar de la fabulosa voz rajada de Louis Armstrong de la belleza de la melodía, la canción fue un fracaso comercial. Pero al igual que los buenos vinos, con el paso de los años ha alcanzado el prestigio y notoriedad que merecía, pues pongo mi mano en el fuego por que al 99,999% de los estáis leyendo esto, os encanta.
Resulta curioso, que hoy en día, más de 50 años después nos encontramos con que en Estados Unidos se están produciendo numerosas revueltas ciudadanas a causa de la muerte en extrañas circunstancias de ciudadanos de color a manos de la policía, además de la muerte de dos policías en represalia de estos sucesos. Si bien no vivimos en un mundo perfecto, sigue siendo maravilloso, y esta canción también.
Así que a pesar de los pesares: Año nuevo, Vida Nueva.

FICHA TÉCNICA DE LA ENTRADA: No procede al tratarse de un single.

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