El 25 de noviembre de
1960, los cuerpos de las tres hermanas Mirabal se encontraron en el
fondo de un acantilado en la costa de la República Dominicana. Aquel
acontecimiento, que fue vendido a la prensa como un trágico
accidente por Trujillo,
el dictador dominicano que dio la orden de acabar con ellas,
contribuyó a despertar la conciencia entre la población, que
culminó, seis meses después, con el asesinato del caudillo.
Este terrible crimen
perpetrado bajo las órdenes de Trujillo, uno de los más sádicos
dictadores del pasado siglo, caló tan hondo en la conciencia global,
que años después en el Primer
Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se decidió
marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia
contra las Mujeres, en memoria de las hermanas Mirabal.
Aunque hoy en día se
sigue tratando de un serio problema, es cierto que a nivel
sociológico y legal se ha avanzado muchísimo en esta materia. Labor
que ha sido el fruto de la lucha de numerosas personas y gobiernos
concienciados.
Pues bien, en el mundo de
la música existen géneros que son más tradicionalistas que otros,
de manera que en las propias canciones se puede identificar
claramente el grado de machismo que destilan. Y para eso, nada como
la música country.
Ojo, no estamos diciendo
en este blog que el country sea un tipo de música para neandertales,
porque dentro de este género hay absolutamente de todo. No obstante,
la entrada de esta semana habla de un tipo de machismo surgido desde
la propia mujer.
JOLENE, DE DOLLY
PARTON
Dolly Parton |
Hablar de Dolly Parton en
el universo de música Country es como decir que Elvis es el Rey del
Rock o que Michael Jackson lo es del Pop. Básicamente, esta señora
de avanzada edad es el máximo exponente, la figura femenina más
importante en el Country. Es la Reina a secas.
Nacida hace ya casi 70
años en un pueblucho miserable en el estado de Tennessee, era la
cuarta de doce hermanos y vivían en una destartalada cabaña de una
sola habitación.
Como era de esperar en
aquella época y en aquel estado, sus padres eran unos fervorosos
creyentes que participaban en absolutamente todos los oficios
religiosos que su iglesia les ofrecía. Así pues, la pequeña Dolly
entró en contacto con la música a través de la religión, ya que a
muy temprana edad se puso de manifiesto su grandísimo talento en la
propia iglesia.
Tras una serie de
afortunados acontecimientos, esta joven de voz angelical consiguió
trasladarse con apenas 18 años a Nashville, donde gracias a la ayuda
de un tío materno pudo introducirse en la esfera musical. Por todo
ello, es decir, por ser sureña, tener una voz angelical y por
encontrarse en el lugar más importante para el género country, todo
estaba dispuesto para una fulgurante carrera. Algo que evidentemente,
así ocurrió.
Pues bien, como es
sabido, la música sueña se ha caracterizado por ser dominio de
letras que encierran un machismo muy tradicionalista. El vaquero que
disfruta en un burdel con mujeres y alcohol, el ganadero que echa de
menos a una amante, las interminables jornadas de trabajo en el
rancho, el tipo duro que defiende el honor de su chica etc.… eran
la temática dominante. Y cuando las canciones versaban sobre
mujeres, algo muy común era ensalzar las virtudes de la buena esposa
católica, ama de casa eficiente que atendía con ardoroso fervor los
asuntos de Dios y los de su marido.
Esto no era ni más ni
menos que el reflejo del día a día de cualquier mujer que viviera
en cualquiera de los estados de la profunda Norteamérica en aquella
época. Y aunque Dolly fuera una guapa, joven y una triunfal estrella
del country, no estaba exenta de comportarse como una buena esposa
sureña.
Las sospechas comenzaron
cuando su marido comenzó a realizar numerosas y continuadas visitas
al banco, supuestamente para revisar las cuentas. Tal era la duración
de esas visitas y la frecuencia con las que la hacía, que ella
comenzó a darle vueltas al asunto. Así que tras preguntar
insistentemente a su esposo, decidió ir ella misma al banco.
Para su horror, que en la
sucursal había una trabajadora de castaña melena y ojos verdes que
con su belleza dejaba sin aliento. Se trataba de la chica con la que
su marido trataba los asuntos financieros, pero al no tener pruebas
de infidelidad alguna, decidió no tomar cartas en el asunto.
Poco tiempo después,
estando ambos en el lecho marital, su esposo empezó a hablar en
sueños. Algo normal para cualquier persona, pero en su caso,
pronunció el nombre de la susodicha empleada bancaria. De esta
manera, Dolly comenzó seriamente a temer por su matrimonio. Ante
esto, ni corta ni perezosa, quiso intervenir en este asunto a la
manera sureña: se fue al banco, pidió audiencia con la mujer que
quitaba el sueño a su marido y le pidió que se alejara de él. Que
ella era una mujer que podía elegir entre un mar de hombres, pero
que para Dolly su marido lo era todo. Que supiera que lo que para la
muchacha era un capricho de un día, para la estrella del country era
el amor de su vida.
De esta manera, la fiel
esposa conseguía a través de un machismo auto infligido (si es que
existe este término) zanjar este asunto. Y unos años después, tras
finalizar un concierto se acercó para saludar a sus fans. Entre
mucha gente, quiso hablar a una niña y le preguntó su nombre. La
respuesta de la pequeña fue la palabra que sirvió a Dolly para
poner un nombre ficticio a aquella joven empleada bancaria y cantar
así su propia historia.
Dejando atrás la
interpretación sociológica (muy personal) que acabáis de leer,
estamos ante una preciosa canción que en su simplicidad encuentra su
brillantez. La guitarra y la voz de Dolly Parton forman un dúo
perfecto que ha conseguido que esta canción esté dentro de las 500
canciones más importantes de la historia de la música, según la
revista Rolling Stone. Aparte de un éxito comercial sin precedentes
dentro del género country, se trata de un tema que ha sido
versionado en multitud de ocasiones por todo tipo de artistas
(algunas de estas podéis verlas en la ficha técnica).
Para finalizar, y sin que
sirva de precedente, os dejo no una versión sino una
reinterpretación, y me explico. La canción que vais a oir a
continuación es el resultado de ralentizar el ritmo de repdroducción
de la canción original un 25%. No solo baja la velocidad, sino que
el tono se agrava considerablemente. Comprobaréis con sorpresa, que
esta variación hace este tema más bonito si cabe.
- Autor: Dolly
Parton
- Título: Jolene.
- Album: Jolene.
- Año de publicación:
1973.
- Versiones:
Miley
Cyrus, John
Mayer, Keith Urban & Norah Jones, Mindy
Smith…
- Letra de la canción: Click aquí.
- Partitura: Click
aquí.
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