sábado, 12 de diciembre de 2015

Para todas esas personas que nos ayudan a disfrutar de un bar. LA CAMARERA DE MI AMOR, de José Dolores Quiñones

Gasolinera sin empleados
Desde hace un tiempo a esta parte, y con la incorporación de las nuevas tecnologías al mundo laboral cada vez mas personas son suplantadas por maquinas, o en consecuencia, otras personas, que antes no realizaban determinados trabajos, ahora no tienen más remedio que hacerlos. Que lejos quedan ya esas gasolineras donde tu llegabas, y sin bajarte del coche, una persona, a la que le dabas la llave del tanque de gasolina, te echaba los litros de conbustible que tu le decias, te cobraba el importe por la ventanilla y posteriormente te daba las llaves para que volvieses a reanudar la marcha. Ahora no, ahora tu paras el coche delante del surtidor, entras dentro del edificio donde un "amigo" te atiende delante de una maquinita que cuando le pagues, te permitirá llenar el deposito del coche, previo manchado de manos claro está, ¿quién sale ganando? los que pagamos seguro que no.

Después de echar gasolina nos vamos a un bar a comer, por ejemplo, a la famosa cadena de "los 100 montaditos", no es muy caro comer alli ¿verdad?, pues claro que no, ¡no hay camareros! ¡se ahorran sueldos! tu pides y te sientas hasta que te llamen por altavoz cuando la comida está lista, entonces vas por ella y te la llevas a la mesa. Ellos lo organizan todo muy bien a través de una maquinita que tienen en la barra, ¿quién sale ganando? los que pagamos seguro que no.
Una lástima, con lo que me gustaban a mi esas pequeñas charlas con los empleados de las gasolineras, con lo que a mi me gustaba intercambiar opiniones de esto o de lo otro, con los camareros del bar cuando acudían a tomarte nota o traerte la comida, qué tiempos aquellos.

La canción que colgamos hoy en el blog está especialmente dirigida a todos esos camareros y camareras que, no nos hacen trabajar cuando no estamos en horario de trabajo llevando y trayendo comida a la mesa y al mismo tiempo nos permiten conversar con familiares y amigos sin estar pendiente de lo que hemos solicitado; a todos esos camareros y camareras que aman su oficio y que independientemente del cansancio acumulado en sus piernas siempre te atienden con una sonrisa maravillosa. A todo ese colectivo y de todo corazón: GRACIAS.


LA CAMARERA DEL AMOR

Resulta cuanto menos curioso, que todo el mundo asocie esta melodía al grandísimo Antonio Machín, o a Maximiliano Moré Gutierrez, mas conocido como Benny Moré, y es que claro, eran sus voces las que sonaban cuando se escuchaba dicha canción pero... quién la compuso originalmente. La respuesta es clara: José Dolores Quiñones.
José Dolores era un hombre sencillo, de hablar pausado y físicamente delgado pero de gran espíritu, siempre iba con la guitarra a cuestas y a la caza de alguien que le pusiese la voz a sus increibles creaciones, pues su voz era algo opaca. Además de los ya citados con anterioridad, interpretes de la talla de Celia Cruz, Vicentico Valdés, Lola Flores o  Caetano Veloso dotaron de luz a sus composiciones.
La vida de José Dolores no fue nada facil, combinaba su trabajo de pintor de brocha gorda, subía a iglesias a pintarlas, con sus escaqueos por bares acompañado de su guitarra, en una de esas escapadas por los bares de la Habana conocería a Benny Moré, quien le puso por primera vez la voz a la camarera.
Nadie sabe como surgió todo aunque visto lo visto cabría esperar en el bar una conversación del tipo:
- Camarera: ¡Holita Quiñones! ¡Que de tiempo! ¿Dónde estuvo metido?
- Quiñones: Pues nada Lili (así se llamaría la camarera del bar), de un lado para otro reclutando a gente que le ponga voz a mis letrillas.
- Camarera: Pues mira quién está ahi sentadito, el gran Benny Moré. Anda, inténtalo con él, quizás se anime.
- Quiñones: Hola Benny, soy José Dolores, ando buscando una voz linda para poner a unas letrillas que he dedicado a camareras tan bonitas como Lili ¿verdad Lili?
- Camarera: ¡Siempre tan loquito Quiñones!
- Benny: Bueno, podríamos intentarlo aunque no te aseguro nada, yo soy de sones y Lili me comentó que tu andabas por aquí buscando voces para boleros.
- Quiñones: Que mas da, el ritmo lo pongo yo, tu sólo pégale tu voz a mis letras.
- ...
- ...

Y así fue como sonó la primera versión que se conoce de la camarera de mi amor, de Benny Moré.


Posteriormente, Machín pondría también su voz al texto, quedando de la siguiente manera.


Actualmente, y ya para terminar, podríamos señalar que dicha melodía se sigue escuchando en muchísimos países de origen latino durante fiestas, verbenas y veladas. Señalar, además que no paran de hacerse versiones de tan singular composición, destacaremos por ejemplo ésta relativamente reciente versión de Huecco.


FICHA TECNICA: No procede.

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